viernes, mayo 05, 2006

VIÑA ROCK: la edición de la polémica, los récord y el polvo

90 grupos sobre 5 escenarios, más de 70.000 entradas vendidas, retirada de algunos de los patrocinadores y pitada a Ramoncín: todo en un festival
Por : LAURA RINCÓN

La undécima edición del Viña Rock puede que haya sido una de las más polémicas. El festival celebrado en Villarrobledo, Albacete, es hoy por hoy, el más importante de los que se celebran en España, no sólo por ser el más veterano o el que más cantidad de público congrega, sino porque es referente para el resto de festivales que desfilan por la piel de toro.

Desde el viernes 28 de abril hasta el domingo 30, el variopinto público pudo asistir a unos 90 conciertos, que se distribuían en los cinco escenarios montados. Los tres mayores: Republicca, Matarile y New Rock son los que congregaron mayor número de personas. Claro que en ellos actuaban grandes artistas de diferentes estilos.

Por los escenarios más étnicos, Republicca y Matarile, desfilaron Amparanoia, Chambao, Melendi –todos con mucho público y buenas actuaciones–, Infierno, Bebe –que haciendo una versión de Extremoduro dijo “venga esos Barricada” y dejó a los asistentes patidifusos–, Ojos de Brujo –enorme actuación–, Sidonie, el ex Fabulosos Cadillac Vicentico y el retorno de Celtas Cortos –que gustó por la vuelta de Jesús Cifuentes y por cantar los clásicos de siempre–. Cerraron el domingo Pereza y Los Delinqüentes –pusieron calor a la fría noche albaceteña–. Los que ya no están para estos trotes son Siniestro Total, que desencantaron a sus fans con una actuación, que rozó el calificativo de ‘bastante mala’.

La caña que viene identificando a este festival se dio, sobre todo, en el escenario New Rock. Grupos míticos como Los Suaves –con el aparentemente incombustible Yosi a la cabeza, no decepcionaron–, Ángeles del Infierno –buena actuación a pesar de los cambios en el grupo–, Avalanch, WarCry –los dos asturianos cuajaron buenas actuaciones a pesar del tórrido calor de media tarde–, Skizoo, Saratoga –como siempre increibles–, Barón Rojo –en su línea, mucha caña y buen rollo– y los sudamericanos Sepultura y Brujería, que además de poner la nota hardcore, dejaron oír el acento latinoamericano. Ambas actuaciones fueron muy aplaudidas. No faltaron los clásicos: Medina Azahara, Burning, Reincidentes –sustituyendo a O’Funkillo–. Tampoco faltó la polémica: pitada a Ramoncín –nadie se explica qué hacía ahí– y retirada de patrocinadores por la inclusión de Sociedad Alcoholika en el cartel. En definitiva, buena música, ‘regularcilla’ organización –más baños y duchas, por favor– y cantidades astronómicas de polvo.


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