domingo, abril 30, 2006

Rock con magia uruguaya


La Vela Puerca hizo vibrar al estadio Ángel Malvicino con ska y lo mejor de su rock charrúa, dándose el gusto de generar momentos, emocionar a su público e invitar a la solidaridad.
El ritual comenzó a las 22.30 con un conjuro de rock que avivó la magia. Las luces se apagaron, los aplausos resonaron y la percusión encendió el pogo. Los ocho uruguayos de La Vela llenaron el escenario sin reverencias y se dedicaron de lleno a lo que saben: degustaron a sus fans con un recorrido por sus tres discos, y nadie se quedó con ganas.
"Por la ciudad" llegó como un desahogo a la ansiedad e inauguró los primeros temas, tanda que siguió con "Llenos de magia", "Mañana" y "El ojo Moro", cuatro hits que el público cantó y aplaudió como clásicos.
A su fin, los Sebastianes saludaron y agradecieron a la gente por acompañar las canciones. Los santafesinos respondieron con más y no esperaron a que Teysera comenzara con el siguiente tema: al escuchar los primeros acordes de "Haciéndose pasar por luz", se adelantaron a la voz líder y comenzaron a cantar. Lejos de cansarse, el pogo y los coros siguieron y se avivaron con "Por dentro".
La energía no decayó, fue la banda quien propuso bajar un poco el frenesí con un ritmo más tranquilo al anterior. Llegaron así "Vuelan los palos", "Sin palabras" y "Caldo precoz".
CLIMA PERFECTO
Silencio. Se apagó el escenario, pero la gente siguió alentando a la Vela. El "Enano" Teysera apareció con la guitarra acústica e hipnotizó a todos con el punteo de "A contraluz". Comenzaba un viaje sin retorno por diferentes estados de ánimo, que siguió con saltos para "Escobas": uno de los temas más difundidos del último CD.
Hasta los más duros y rockeros se ablandaron con las dos canciones siguientes. La pauta seguía siendo Teysera, con su guitarra acústica y un fondo lumínico de púrpuras y azules. Sebastián agradeció otra vez a su público y les dedicó "Va a escampar", que entonó apoyando su voz en el murmullo que cantaba a su par. El clima de intimidad era perfecto. Sebastián lo remató con "Dice..." y logró un hondo sentir que levantó los brazos de quienes lo escuchaban quietos, a pies del escenario.
Al cumplirse la primera hora de música, Sebastián Cebreiro anunció que subirían al escenario "dos amigos, excelentes músicos, que también son uruguayos" y se animó a decir que, gracias a ellos, "van a escuchar como La Vela Puerca debería sonar". La incorporación del guitarrista y el bajista reavivó el pogo y la fiesta. Los espectadores se enfebrecieron formando un solo remolino en el campo mientras cantaban "De atar".
SOLIDARIDAD Y EMOCIÓN
Al realizar el recambio de músicos e instrumentos, Cebreiro aprovechó el silencio para hacer una invitación: "Hace unos días, una chiquita de esta ciudad tuvo un accidente horrible". Sebastián se refirió a Milagros, la niña de doce años que necesita una sofisticada operación para implantar prótesis en sus brazos. "En el puesto donde se venden remeras, junto a la puerta, hay una alcancía para ayudar a Milagros, porque entre todos podemos hacer una situación mejor", dijo el cantante. La propuesta fue aceptada con una catarata de aplausos, silbidos y emoción como reconocimiento a la solidaridad.
Para cuando los Sebastianes entonaron "El huracán", los espectadores cantaron a la par de ellos. Ya estaban entregados y a la merced de La Vela Puerca, que siguió con "El profeta".
Poco a poco, la velocidad disminuyó otra vez para que los veleros alucinaran con "Zafar": "Compro aire y si es puro, pago mucho más..." empezó el "Enano" pero dejó que siguiera cantando la gente, mientras él encendía un cigarrillo. La nostalgia siguió con "Paren hoy", y apeló a la complicidad de "Mi semilla". "Doble filo" y "De tal palo tal astilla" devolvieron el revuelo.
SATISFECHOS
Lo que siguió fue un regalo, un pequeño homenaje de estos uruguayos al rock argentino: un cover acústico de Sumo en la voz de Teysera que el público agradeció con aplausos. Seba se sumió en la nostalgia y le cantó al desamor: "José sabía", uno de los lentos de "De bichos y flores".
Cuando la euforia se encendió otra vez, el público supo que se acercaba el final y disfrutó a pleno "El gavilán", "El viejo", "Madre resistencia" y "Gente", las cuatro últimas canciones.
Los uruguayos se despidieron sinceros, una sola vez, con la satisfacción de haber manejado a su público. Los espectadores no pidieron más: ya habían pasado por todos los estados de ánimo y disfrutado de diez años completos de La Vela Puerca.

Florencia Arri

link: http://www.litoral.com.ar/index.php/diarios/2006/04/29/pantallayescenarios/PAN-01.html?PHPSESSID=2465ee1c7d668d7a79c7c73e30211771

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