martes, abril 25, 2006

Aznar se lució tocando jazz, bossa nova, folclore y rock

El público que colmó el teatro Alberdi ovacionó al artista y coreó los temas. Un show exquisito, impecable y de gran prolijidad.



Con el jazz y el folclore, la bossa nova y el blues, y hasta con el mismo rock, Pedro Aznar parece no tener límites. Cada incursión suya en alguno de estos géneros transforma las canciones en una ofrenda para el público. Y los espectadores, que colmaron el teatro Alberdi el sábado por la noche, lo vivieron de ese modo: participaron en sus coros, cantaron los temas, se emocionaron y, por supuesto, ovacionaron al artista toda la noche.
El show de Aznar fue impecable, con un sonido exquisito y con gran prolijidad, aun cuando se equivocó: a las 22.45 tuvo que arrancar tres veces la bossa nova de Joao Gilberto, “Para qué discutir con Madame”, para encontrar la correspondencia exacta entre su guitarra y su voz.
Después de iniciar el recital con “Invento el mar” (de Milton Nascimiento), continuó con “Alcira y la torre”. Fue entonces, temprano todavía, con esa segunda canción de la noche, cuando la platea y los palcos hicieron coro y batieron palmas.
En la escenografía, seis banners colgaban desde lo alto, con imágenes alusivas de Brasil; en ese espacio, iluminado además con luces robóticas, se plantaron Aznar, Facundo Guevara (percusión) y Andrés Beeuwsaert (teclados y voces), quienes demostraron también todo su talento, especialmente Guevara, que cada día le pega mejor.
En el infaltable set folclórico, la energía de Aznar se desplegó sobre todo en “Zamba del carnaval” (del “Cuchi” Leguizamón) con una interpretación realmente inspirada, que arrancó calurosos aplausos; y luego retornó a “Ideología” (de Herbert Vianna, el líder de la banda Os Paralamas do Sucesso), en clave de rock.
En inglés, en portugués y en castellano, Aznar tuvo la oportunidad de interpretar “Dindi” (de Antonio Jobim), y volvió a lucirse con una balada romántica como “Beso partido”, y un jazzeado “Milagro de los peces”. En el largo repertorio, no faltaron “Faro de los ahogados”, “La carne” y la expresiva “Flores horizontales”, entre otros.
Al final, después de la medianoche, el músico regresó al escenario para hacer los bises, y mientras cantaba, bajó a la platea donde la gente, de pie, lo despidió con una larga ovación.
Una hora después, más relajado, durante la cena, Pedro Aznar no se cansó de firmar autógrafos en el pub Plaza de Almas.

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