jueves, mayo 11, 2006

En Miami, murió la cantante Soraya

(Colprensa)
Bogotá

“Mi historia física puede llegar a su fin, pero estoy segura que la que existe en el corazón de ustedes seguirá presente por la eternidad. Confío en que mi existencia dejará huella en la vida de ustedes beneficiando en un futuro a muchas mujeres y que la luz de mi vida iluminará la de muchas familias más”.

Estas fueron algunas de las palabras de despedida de Soraya, en una carta que publicó a través de su página de Internet, antes de su fallecimiento.

La cantante colombiana murió en la ciudad de Miami, tras una infructuosa lucha contra un cáncer de seno detectado desde el año 2000.

A punto de cumplir diez años de trayectoria musical, desde que hizo su aparición con “De repente”, su primer éxito, luchó durante seis años contra el cáncer de mama, convirtiéndose en vocera de diferentes instituciones que buscaban concientizar a las mujeres para que detectaran este mal a tiempo y lo pudieran combatir.

En 2000 recibió la noticia que padecía este mal, año en que empezó su lucha contra el cáncer, alejándose del mundo musical durante dos años, hasta su retorno en 2003, con “Soraya”, un álbum que lo consideró como un “renacer, para la vida y la música”.

Cuando conoció que tenía este mal, admitió que había cometido un error al no cuidarse y no estar siempre atenta a este tipo de males. “Yo perdí mi madre, una abuela y una tía materna a causa del cáncer de mama. Debí siempre estar en exámenes y controles, pero no lo hice.

Ahora, lucho contra la indiferencia, tanto de las mujeres como de los hombres, porque detectado a tiempo es controlable”, comentó Soraya en una entrevista concedida a Colprensa en el 2005.

Recorrido musical

Soraya nació en Nueva Jersey, Estados Unidos, pero se sentía totalmente colombiana, en especial caleña, pues sus padres nacieron allí y siempre le inculcaron las tradiciones colombianas, además de la música, la que aprendió a amar desde los cinco años de edad, tocando el violín y la guitarra.

En medio de sus estudios de literatura y filosofía, trabajó como salvavidas y como azafata durante tres años, hasta que su carrera musical despegó en 1996 con su álbum “En esta noche”, y su canción “De repente”, tema que ocupó el primer lugar en las listas Billboard, tanto en su versión en español como en inglés.

Pero al estar en la cúspide de su carrera, a punto de iniciar la promoción de su tercer trabajo discográfico “Cuerpo y alma”, a finales del 2000, conoció la noticias de que padecía la temida enfermedad.

Dos años más tarde, luego de largos periodos en el hospital y la temible quimioterapia, retornó a la música, no sólo explorando su faceta artística, sino para convertirse en una de las voceras contra el cáncer.

“Soraya”, que marcó su renacer musical, no sólo le valió el elogio de la crítica especializada, sino que obtuvo un Premio Grammy Latino en la categoría “Mejor álbum de cantautor”, y los primeros lugares con temas como “Casi”, que fue un himno al haber ganado la primera batalla contra el cáncer, pero sabía que era una guerra que tenía que afrontar el resto de sus días.

Hace un año presentó una quinta producción discográfica, “El otro lado de mí” del que fue éxito su canción “Llévame”, lo cual le dio la oportunidad de compartir escenarios con artistas como Sting, Alannis Morisette, Michael Bolton y Natalie Merchant, entre otros.

La Carta

El camino no ha sido siempre fácil, sin embargo la esperanza, los sueños e ilusiones no han dejado nunca de estar presentes. Sueños de los cuales ustedes han sido cómplices incondicionales, algunas veces caminando a mi lado, cantando conmigo, o llevando mi mensaje de esperanza a esos lugares a los que físicamente no he podido llegar. Por eso, mil gracias.

Durante este tiempo juntos, las páginas de mi diario interno se han mantenido siempre activas. Algunas se han llenado con historias que muchos de ustedes han querido compartir conmigo por medio de e-mails o cartas, otras por experiencias vividas juntos y algunas más por pensamientos personales nacidos de su generosidad.

El permitirme escribir mi historia me hizo confirmar que si bien las recompensas materiales son necesarias para el diario vivir, las recompensas espirituales son las que realmente me han permitido vivir ésta vida. Toda esa energía positiva, todo ese amor que un día logré compartir con ustedes lo he recibido siempre de vuelta multiplicado en un millón.

Gracias por abrir sus corazones a mi música, sin sus oídos mis canciones serían sólo un sueño. Mi arte ha sido siempre por ustedes y para ustedes. Espero que les permita sentir, pensar, apreciar, cuestionar, añorar y sobre todo, amar.

Con amor

Soraya.



*Este es un fragmento de la carta dejada por Soraya a sus seguidores.


http://www.vanguardia.com/2006/5/11/gal1.htm

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