NO LO SOPORTO: Las chicas quieren rock

Bendecidas por el apoyo de músicos como Gustavo Cerati, Miranda! o Luis Alberto Spinetta, No lo soporto se abre camino.

Olvidando los discursos previsibles y las teorías dudosas que suelen tener los grupos primerizos, No Lo Soporto debate sobre una supuesta participación en la televisión. “No iríamos a tocar a VideoMatch pero sí a lo de Susana… es que nos cae tan simpática”, dicen casi a coro. Este análisis de opciones, el cual puede sonar apresurado para una banda que apenas acaba de debutar discográficamente, no parece tan descabellado.

En los últimos 6 meses, Lara Pedrosa, Naila y Lucía Borensztein han pasado de ser las preferidas de figuras del calibre de Luis Alberto Spinetta, Gustavo Cerati y los Miranda! a convertirse en un murmullo insistente de la prensa especializada. Armadas con su disco homónimo, estas bellas Angeles de Charlie del indie argentino intentan dar batalla desde su universo femenino.

Sin embargo, No Lo Soporto está a años luz de lo que se podría esperar para una banda de mujeres. Como si fueran parte de una orgía sensorial que transcurre en los noventa, las chicas se ubican cerca del sonido de Yo La Tengo o Papas Fritas, con un panorama narrativo replegado sobre si mismo y melodías que se adhieren al paladar. Todo rociado por una personalidad que las situaría tranquilamente como personajes de los Campos de Londres que relata el escritor Martin Amis.

Así, en un bar de Villa Urquiza, entre algún té, cafés, instrumentos apoyados sobre sillas y apuntes de psicología, Naila, Lara y Lucía juegan a la seducción, se contradicen, hablan de sueños y analizan este presente que sí las soporta.

Ahora comienzan a ser conocidas, pero el grupo ya tiene seis años…

Lucía: Sí, más o menos. Comenzamos en el año 2000. Cuando empezamos a tocar éramos Naila, yo y otra bajista. Obviamente era como un juego, algo entre hermanas y sin un proyecto formal. En nuestros primeros ensayos tocábamos covers de Pink Floyd y El Otro Yo.

La estructura de No Lo Soporto siempre fue guitarra-bajo-batería. ¿A medida que iban creciendo musicalmente, sentían que este formato las limitaba?

Lara: En algún punto, es una limitación buscada o una elección.

Naila: Lo que pasa es que los temas están compuestos y pensados para este formato.

Lucía: Igualmente, ahora se está sumando Fernando Samalea, que está tocando percusiones y aporta algunos detallecitos que enriquecen.

Naila: El matiz que tienen los temas que estamos grabando ahora hacen más foco en el audio.

Lara: Además, en nuestras canciones podrían haber más instrumentos, pero nosotras elegimos que suenen así. La banda es esto.

¿Desde el principio, siempre la idea fue que sea una banda de chicas o tendría cabida un hombre?

Naila: No, no, no. Siempre la idea fue que seamos todas chicas (risas)

¿Nunca le temieron al hecho de ser una banda de mujeres en un mercado machista?

Lucía: Todo el mundo nos pregunta sobre eso y la verdad es que no nos toca demasiado. No nos afecta… Somos mujeres y ya.

¿Entonces lo ven como algo a favor?

Lucía: Nosotras nunca pensamos: “Bueno, hagamos un producto que sea de chicas”. Nunca pensamos en lo que nos convenía. Teníamos más química entre chicas…

Naila: Es lo mismo que cuando se junta una banda de chicos…

Lara: ¡Claro! ¿Vos le preguntarías a ellos porque son todos chicos y no hay chicas?

¡Son feministas no declaradas!

Lucía: Noooo (risas)

Naila: No creo que formemos parte de un movimiento generacional de chicas en el rock. Yo no creo que haya muchas chicas que toquen…

Lara: ¡No! Yo no comparto eso. Hay un montón de chicas que tocan y son increíbles…

Lucía: Claro, pero capaz que la tendencia es que cante una chica y que los músicos sean hombres. Es raro ver a una chica tocando bien.

Lara: Además, hay un montón de chicas en el mundo que tocan, cantan bien y tienen onda: Kim Gordon de Sonic Youth, Björk o PJ Jarvey son un claro ejemplo. No todas las bandas de chicas son Bandana o Seducidas y Abandonadas (risas) Que acá no haya lugar para bandas reales de chicas, no quiere decir que no existan. En el under hay un montón de chicas que se tocan todo pero, como no tienen prensa, pareciera que no existirían.

Lucía: Nos gustan Rosal o Doris, bandas con la que compartimos público y vamos creciendo a la par.

El nombre No Lo Soporto, suena bastante histérico. ¿Que era lo que no soportaban cuando nombraron al grupo?

Lucía: Era como una frase que decíamos mucho. Y no está dirigida hacia ningún hombre, aunque todos lo interpreten por ese lado. Tenía más que ver con una etapa adolescente de rebeldía y de no estar conforme con cosas que nos pasaban.

Naila: No se si es histérico… Es una frase bien de mujer (risas)

A pesar de todo, en las letras de sus canciones parecen ser muy vulnerables…

Naila: La letras las hago yo y podría decir que salen de momentos, de situaciones, de sentimientos… No sé muy bien de donde.

¿Por qué su sonido tiene tantas referencias al rock indie de los noventa?

Lucía: Muchos nos dicen que tenemos ese sonido y nos nombran como referencia a bandas que ni siquiera conocemos. No sé si se nos podría comparar con algo… Nuestro sonido es más atemporal.

¿Es una presión extra que la prensa especializada o figuras de la talla de Spinetta o Cerati las recomienden como “La nueva gran cosa”?

Lucía: No lo tomamos para nada como una presión. Eso es una bendición.

¿Que sueño tienen para el futuro de No Lo Soporto?

Naila: Poder hacer más discos y salir de gira.

Lucía: Vivir de la música y no hacer otra cosa.

Lara: Imponer nuestro sonido Rock ’Nolo" (risas).

Gustavo Bove

Foto flash: Nora Lezano/ Sebastián Arpesella

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