martes, junio 13, 2006

UN VINCULO RICO Y CONTRADICTORIO "A Borges le gustaban los tangos primitivos, alegres y compadritos"

El investigador Horacio Salas analiza la relación entre el escritor y la música rioplatense, a la que le prodigó desde ácidas observaciones hasta algunos de sus mejores versos.


Jorge Luis Borges tuvo con el tango una relación contradictoria ya que criticaba el repertorio de lamentos y quejas de los años 20 y 30, pero le gustaban “los temas picaditos de la guardia vieja, el tango primitivo, alegre y compadrito”, destacó el escritor Horacio Salas. Poeta, historiador, ensayista y biógrafo, Salas posee una extensa obra que en una de sus franjas incluye de modo especial el tema del tango.
Según Salas, "muchos prejuicios que padece la cultura argentina están edificados sobre malentendidos, conocimientos a medias o pura repetición de lugares comunes carentes de sustento.
Se ha escuchado hasta el cansancio que Borges detestaba al tango, en general basándose en boutades, chistes o respuestas ingeniosas para desubicar al interlocutor. Es cierto que a él mismo le gustaba sorprender a quien lo escuchaba. Cuando lo interrogaban sobre Carlos Gardel, respondía que siempre lo había odiado porque tenía la misma sonrisa que (Juan) Perón. Obviamente era una de sus típicas respuestas humorísticas sólo para demostrar el rechazo raigal, absolutamente gorila, que sentía por Perón".
¿Qué tangos le agradaban?, se le pregunta al investigador y la respuesta es que "a Borges no le gustaban, en general, los viejos tangos con letra de las décadas del 20 y el 30. La queja, el llanto por el abandono le parecía algo impropio de los primeros guapos.
Pero le gustaban los temas de la guardia vieja, el tango primitivo, alegre y compadrito".
Para Salas, eso era "lógico", ya que esa música era "el fondo del ambiente en el que se movían los personajes borgeanos. El tango con letra es el de la inmigración, el de los recién llegados que iban desalojando a los criollos, y sus versos eran el reflejo de esa clase media y media baja que se lamentaba de su destino".
A la pregunta de si el autor de Fervor de Buenos Aires enlaza la vanguardia de los años 20 con el tango, sostiene el especialista que "en las páginas de la revista Martín Fierro, en los primeros tramos de la década del 20, Borges fue el primero en sostener que el tango es la realización argentina más divulgada, la que con insolencia ha prodigado el nombre argentino sobre el haz de la tierra".
En todo el mundo tango y Borges están indisolublemente unidos como seña de identidad de lo argentino, "y no parece casual, porque las historias orilleras de Borges parecen haber sido escritas con la música picada y ligerita de los primeros tangos. Sobre el relato Hombre de la Esquina Rosada, por ejemplo, planean como un vientito las melodías de Don Juan, Derecho Viejo o El Apache Argentino", apunta Horacio Salas.
Como para que no queden dudas, uno de los mayores poemas de Borges, en el que define lo que él llama "la gesta del cuchillo y el coraje" y toda su mitología de las orillas porteñas de fines del siglo XlX, se titula, justamente El Tango.
"Más que una paradoja, me suena como una muestra de amor a esa música que él escuchó en su infancia cuando las notas escapadas de un organito llegaban, desde la vereda de su casa en Palermo, hasta la biblioteca de su padre, donde el niño curioseaba desde la ventana", redondea el entrevistado./Télam.


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