domingo, agosto 13, 2006

Rock maduro y lirismo en un recital generoso y de impecable factura

El Flaco Spinetta conmovió al público en El Círculo

U. G. Mauro / La Capital

No hubo un ingreso triunfal. Aplaudido con una moderación que no era mezquindad sino muestra de profundo respeto, apenas el telón se levantó Luis Alberto Spinetta empezó a cantar "Atado a tu frontera" y durante bastante más de dos horas El Flaco, junto a los tres notables músicos que lo acompañaron, ofreció una presentación de lujo para los temas de su último disco "Pan", el viernes en El Círculo.

Sin estridencias electrónicas y con una austeridad impactante, Spinetta y sus músicos intentaban decir "disfruten con lo mucho que vamos a dar, pero aquí no se mete nadie", encerrados, como aparecían, bajo las luces cenitales que los atrincheraron en el centro del escenario, para desde allí, generar excelente rock en un clima de intimidad por el que Spinetta no parecía la figura central sino un integrante más de la banda.

Extenso, sobrio y generoso el show. El Flaco cantó y tocó acompañado por Claudio Cardone en teclados, Nerina Nicotra en bajo y Sergio Verdinelli en batería durante bastante más de dos horas y casi no se movió de su sitio, como empecinado en quitarle al show todo elemento extra musical.

Antes o después de cada tema el cantante hizo siempre un breve anuncio, casi sin comentarios, aunque también arrojó de vez en cuando a la platea alguna de sus habituales metáforas y claves no aptas para espectadores nóveles al interpretar algunas de las canciones más viejas de su repertorio.

Spinetta volvió a Rosario con la misma banda con la que llegó el año pasado, pero esta vez no estaba el nerviosismo de un debut. Lejos tanto de aquello como de la falta de respeto de otros músicos que se limitan a arrojar bolas de ruido sobre la gente. Luis Alberto Spinetta fabricó un recital para el gozo del rock con una propuesta nueva que por momentos remitió a los años 80 del artista y con un sonido compacto, equilibrado y limpio.

Con voz inalterable El Flaco volcó sobre el público medido y feliz esa nada fácil poesía que crea y que por momentos la música parece volver más comprensible. Casi en cada tema el músico ofreció largos finales instrumentales con lugar para el lucimiento de un estilo guitarrístico que no lo ubica como virtuoso pero sí como absolutamente original e identificable.

Spinetta dejó además espacios al notable trabajo de sus músicos y como no podía ser de otro modo, por cariñoso localismo pero también su excelente labor, el otro gran ovacionado fue el rosarino Claudio Cardone, quien no tuvo descanso y ocupó con sus teclados un bello y aplaudido espacio durante el breve intervalo que se concedieron Spinetta y sus otros compañeros.

Fuera de orden de grabación, todo el rock más calmo, con letras más líricas y toques jazzeros que sobrevuela en los temas de "Pan" pasó por el escenario, pero, nostálgicos y sabios al fin, los espectadores que aplaudieron el tributo a Fito en la rockeada versión de "Las cosas tienen movimiento" se emocionaron entre otros temas históricos, con la ovacionada "fábula" de "Durazno sangrando" o la fundacional "Laura va" , escrita casi cuando el sólido talento de hoy era un brote tierno.

http://www.lacapital.com.ar/2006/08/07/escenario/noticia_315866.shtml#

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